Uno de los frutos más emblemáticos de la huerta murciana, el limón, no podía ser sino la base de un dulce cautivador: el paparajote.
Tras ese danzarín nombre se esconde (nunca mejor dicho) la hoja del limonero, una finísima muestra en todos los sentidos del fruto original, en torno a la cual se aglutinan todas las fragancias de los mejores limones de Europa. ¡Eso es así, acho!