Amantes de la carne: esta fusión de chato murciano y Jumilla os E M B A U C A R Á.
El Chato murciano ya es un gran conocido para los amigos de El Caldero. Nuestro arroz con chato es todo un clásico popular de nuestra carta. El juego que da esta especie es enorme: carne suntuosa, engrasamiento y jugosidad con una infiltración natural de delicioso aroma, tanto en guiso como en formato curado, el chato murciano es una especie para descubrir ya no olvidar jamás.
Para los que aún no sabéis de él os contamos que su origen se sitúa a medio camino entre finales del siglo XIX y principios del XX, en ganaderías lorqueñas. El chato murciano es una mezcla de variedades de cerdo portugués, extremeño y andaluz. Esta raza requiere de unas condiciones idóneas para aprovechar todas sus propiedades de sabor. Durante un año y medio de crianza madura su carne en espacios libres, juega, descansa, retoza y tiene una alimentación a la antigua. Su cuello es corto y el cuerpo largo, ancho y cilíndrico, las patas son cortas y los jamones y paletillas amplias.
El chato murciano, además, constituye una fuente excelente de proteínas de alta calidad, vitaminas -fundamentalmente del grupo B- y minerales -hierro y zinc principalmente-, todos ellos fácilmente asimilables por el organismo.
Y aunque sabemos que para arroz en Madrid, arroz El Caldero, también hay un público que se deleita con carnes jugosas, contundentes, que combinadas con buenos vinos en la copa, son memorables.
Nosotros te traemos hoy la chuleta de chato murciano, una jugosa pieza, acompañada en su cocción de un magnífico vino de Jumilla, que transmite abundantes aromas frutales, vivos, impregnando la carne de nuevos matices enriquecedores. Y también de berza, un sabor de contraste ideal en el plato.
Un plato sencillo, pero exquisito. Un plato murciano de los pies (y las pezuñas de chato) a la cabeza.
